sábado, 4 de septiembre de 2010

De cómo el celuloide tiene un efecto directo al lagrimal...

Acabo de llorar como loca viendo el final de  "Cinco días sin Nora".
Desde que era muy mini, ya me recuerdo escondida bajo la mesa redonda del comedor de la casa de entonces, moqueando cuando venía la parte fea de La Novicia Rebelde, que era el segundo día (porque en ese entonces, las películas muy largas, las daban en dos partes... y así era, una aprendía a esperar por el buen cine ¿?)

Posterior a esos inicios cinéfilos, hubo una larga serie de películas que seguían esa misma línea: "Mi primer beso" es un claro ejemplo: Yo no sé Uds., pero yo vi esa película, porque supongo que a esa edad ya me intrigaba el tema besuqueo (entenderán muchas cosas de mi vida, si se remiten al escrito anterior, y a la edad en que el ósculo finalmente advino...); y en lugar de eso, veo la escena de "pónganle sus gafas, sin sus gafas no puede ver...!" qué carajo???

Así es que, como si no bastara con la propia flia. para perturbar nuestra mente, el cine shampoo se suma a la propuesta y entonces durante mucho, pero mucho tiempo para mi el amor era llorar y llorar...

Pero volvamos al tema que nos convoca:
Cuestión que he tenido una muy larga lista de películas (incluso en formato Disney) que ya conocía y entonces las miraba, pero sólo la primer mitad: ya que esa era la lógica con que muy bien me manejaba: las primeras mitades, siempre son buenas: ya sea de amor, suspenso, bla...lo peor siempre llega después.

Lógica que cayó irremediablemente, esa noche que decidí ver Irreversible y ahí mi salud mental se terminó de deteriorar (qué otra cosa estaría haciendo si no un sábado a las dos de la mañana hablándole a la computadora...?)
Veo una vez más eso tan infantil y tan actual, y sin embargo ahora ya no me escondo abajo de ninguna mesa, lloro a trochi y mochi, y chau pichi (me pareció que si escribía trochi y mochi, tenía que escribir también chau pichi...)
Por suerte las películas empezaron a ser otras...!
Y además, si resulta que lloro y lloro espasmódicamente con una película como Las flores del cerezo, es como si me estuviera riendo a carcajadas si la película fuera una comedia... pero después de tanto andar he descubierto que (cual Melinda-Melinda) en lo que a nosotros, seres humanos, respecta los hay de dos clases: (quien me conozca sabrá que esta categoría será tan seria como la lista de las peores cosas en el mundo: la pedofilia y la arena...)
Bueno, no perdí el hilo (casi), Dos clases: los que prefieren ese optimismo casi inexplicable para mi, que se viven riendo o que tienen la expresión de risa en la cara y los que de preferencia, lloramos.
Y si, sres. y sras. yo soy de esas (lo cual no quita que pueda ser muy feliz, pero se ve que el drama es lo mío, y que como comenta un animé muy querido: si están los que espetan la frase: "yo no escucho cumbia, salvo los días que estoy medio bajón, y me levanta!" y los que no. Yo claramente pertenezco a ese segundo grupo.
Habiendo coqueteado con hacerme la culta nombrando tres películas, voy a favorecer en quitar todo juicio malformado diciendo que tengo mis otras tres, en un rincón de la cdteca: que son El diario de Bridget Jones, Notting hill y Alguien tiene que ceder...películas con las cuales puedo darme el lujo de no pensar en nada y escuchar el lindo piiiiiiii (bien agudo tiene que sonar en sus cabezas) por algunos cuantos minutos.... y si esto suena como una crítica a esas películas, quiero que sepan que no lo es: y nadie se atreva nunca a llevárselas eh!)

Pst: las que tengo de Disney tampoco se las lleven porfi...!

3 comentarios:

  1. Sí, y está bueno llorar.
    A veces se necesita. Emocionarse, tener ese nudo en la panza, que pasa a la garganta contraccionándonos toda la cara, para después hacerse agua, mocos y algún que otro ruidito.

    Para mí está bueno tener la posibilidad de pasearse por todos los sentimientos, que sería como conocernos también, no?

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  2. Disculpe señora, pero considero esto un insulto.
    Uno contrae el vicio de su lectura y después lo dejan patasparriba, a ojo seco, sin poder leer nada nuevo, nada más, ni una nadita de nada. Ah, no no no, esto no puede ser. Usted tiene un compromiso con sus lectores, que aunque pocos no somos nada desdeñables, sépalo bien. Póngase a escribir de una buena vez, hágame el favor, que el horno no está para bollos, y si quiere se lo digo en inglés: the oven is not for boios.

    Monsieur Nykotin.

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  3. A mi me daba mucho miedo también la parte fea de la Novicia Rebelde. Eso de que estuvieran escondiéndose porque los malos los perseguían, me resultaba increíblemente angustiante. Los iban a encontrar!! Pero eso no pasaba...
    Por suerte en la peli existían también otros momentos en los que desbordantes de felicidad los protagonistas cantaban, jugaban y bailaban! Equilibraba un poco el alud emocional.

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