Siento desde la vera de mi cama adonde estoy ovillada,
como echada de lado
como echada a la suerte.
Siento a la ciudad rugir allá afuera
Como el cauce de un río desbocado
Como una constante
Ahí donde la variable soy yo
Donde varío y desvarío.
Ahí, en mi cama de 12 del mediodía
en lo raro del crepitar del sol en mis ojos somnolientos.
Y ahí, con todas las palabras del mundo para estrenar,
los sonidos que escuchar
las vocalizaciones que producir,
ahí, tomo la punta del hilo que conecta una lata con otra
Y te digo buenos días
Y la cara es sonrisa, es agua en la frente,
es la habitación conteniendo el aire desde hace horas...
Soy yo.
Soy porque soy y no soy, soy y no soy
en una cadencia que me angustia y calma a la vez...
Salgo a la calle y me siento increíblemente liviana,
Tanto que floto
Floto y no reparo en las distancias
Choco con las cosas y la gente- que a veces también son cosas- a mi paso.
Un pibe-pura-sustancia me grita fea y varias barbas, canas y peladas me saborean
Reparo que hoy estoy diferente,
Adviene sin previa cita una idea:
La sensación de haberme quedado del otro lado del espejo.
De haber dejado olvidada mi imagen ahí...
Paso por una librería.
Quiero leer Alicia en el país de las maravillas.
Quiero-Otra-vez...
Me siento ella por un momento
Quiero Otra. Ves?
Camino, mientras esta catarata de ideas se sigue encadenando en-un-caos-o-tal-vez-sin-sentido aunque perfectamente entendible,
Camino, y la gente me choca
Y no la siento, nada me contamina.
Soy pura, puro extracto mío...
Ahí, del otro lado del espejo…
Foto por Nicolás Reffray
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